Y me entra la weá, la desesperación.
Tanta luz mal-gastada, ¡espíritu mis polainas!, se me sale el animal, aparece la rabia, sed de rabia, sed de hambre.
HAMBRE.
Después no se me pasa, después, después me toca limpiar el patio y veo como mis intentos de hacer tierra de hojas se van a la cresta.
Y cómo las viejas regan el cemento.
Barren con las mangueras.
Cómo tapizan sus plantas de humedad a las 12 del día
cómo?.. por la cresta... CÓMO!
y hablo de la nada, pero quien me diga que no tengo "moral", que se como su falacia :)
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